Este fin de semana tenemos la primera sesión del ciclo DeCine del mes de abril. En esta ocasión disfrutaremos de un clásico caramelito que nos hará viajar en el tiempo-espacio hasta otros mundos y decir NO a la censura. Os animámos a participar, compartir y difundir cada sesión DeCine (v.o.s)... :)
Este ciclo no tiene parangón...¿quién se apunta?
Os esperamos a todas... :)
Domingo 5 de abril a las 19h, Pangea.
.-"The Magnificient Ambersons" 1942, Orson Wells, EE.UU
¿Es una película de Welles o de la productora RKO?...nunca sabremos.
Esta es una película mutilada en la que debemos adivinar la mano de uno u otro para entender su conjunto y el por qué de la censura absurda.
El guión escrito por Orson Welles, se basa en una novela de Booth Tarkington ganadora del premio Pulitzer en 1919, y es brillante.
Este es el segundo largometraje de Welles y un claro ejemplo del daño que puede causar la "mordaza" por parte de la propia productora. Según el contrato, Orson Welles disponía de total libertad para crear este drama familiar.
Nada cierto porque el film, aprovechando un viaje de trabajo de Welles, fué recortado hasta un total de 45 min. del nudo central del argumento. Como guinda al pastel, RKO cambió el final dramático por uno más acorde al "gusto" del público. Este "parcheado" nada tiene que ver con el director que ni lo filmó ni lo escribió. Una pena y un atentado brutal a la libertad creativa.
No obstante, no deja de ser una gran película en su esencia pese a los nefastos tijeretazos de la RKO a los que no se encuentra todavía sentido.
La trama se ambienta a finales del s. XIX en Indianápolis y habla del choque entre la vieja aristocracia, rica, vanidosa e indolente y el progreso industrial encarnado por trabajadores diligentes, inteligentes y educados.
Un paisaje donde la cultura de los privilegios de clase se hunde y se consolida la innovación tecnológica, la competitividad, el cambio y el riesgo que este conlleva. Desconocemos como sería el montaje original que parió Welles, porque la necedad de RKO llevó a destruir el material filmado no incluido en la versión censurada. Una locura indignante, piedras sobre el propio tejado.
Como consuelo nos queda una golosa historia muy crítica y esos planos proustianos de los que Welles hace gala. Indispensable.
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